El Norte Global debe pagar su deuda con el Sur
La crisis climática es una realidad devastadora para más personas cada día, y la necesidad de una acción global urgente es evidente, pero no se está produciendo. En la Semana del Clima de Nueva York, grupos de la sociedad civil de todo el mundo, desde sindicatos a organizaciones de mujeres y de género, pasando por redes juveniles y climáticas, están presionando bajo el lema de la campaña #Compensación para que los gobiernos del Norte Global cumplan sus obligaciones de financiamiento climático con el Sur Global.
Aunque la crisis climática es un reto compartido, sus repercusiones no lo son por igual. Décadas de consumo imprudente de combustibles fósiles por parte de las naciones ricas están provocando un aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos y una destrucción generalizada que afectan de forma desproporcionada al Sur Global. África, Asia y América Latina y el Caribe cargan con el coste en vidas perdidas, infraestructuras destruidas, malas cosechas, corrimientos de tierras y medios de vida arruinados.
Se necesita financiación para abordar la adaptación al clima, las pérdidas y daños causados por los impactos de los desastres climáticos y una transición justa hacia las energías renovables. Debe ser dinero público en forma de subvenciones que reflejen adecuadamente las necesidades, y no préstamos que supongan una carga adicional para los países que luchan por pagar la enorme deuda pública y el coste de la creciente emergencia climática. De hecho, además de aportar financiación para el clima, los gobiernos del Norte Global deberían cancelar esta deuda para liberar fondos públicos en el Sur para los servicios públicos, la acción climática y la transformación económica.
A pesar de que los países más ricos acordaron en la COP28 celebrada el año pasado en Dubai abandonar los combustibles fósiles, todavía no hay señales de que se vaya a producir la rápida reducción de emisiones necesaria ni de que se vaya a aumentar el financiamiento. Las naciones ricas siguen centrándose en su propio crecimiento económico, persiguiendo la expansión del petróleo, el gas y el carbón, mientras que las instituciones financieras del Norte Global financian lo mismo en el Sur Global.
El Norte Global es responsable de más del 75% de las emisiones mundiales acumuladas desde el inicio de la industrialización – y a través de cualquier lente moral, los costes de la acción climática no deberían ser la carga de los más perjudicados y menos responsables. Los estudios demuestran que, para 2050, el Norte deberá 192 trillones de dólares* en reparaciones justas al Sur, incluso si logramos limitar el calentamiento a una media de 1,5 ºC. Esto equivale a una deuda climática anual de 5 trillones de dólares entre los países ricos y los más pobres.
La nueva meta mundial sobre financiamiento climático será la patata caliente de las negociaciones sobre el clima de la COP29 de la ONU, que se celebrarán en Bakú (Azerbaiyán) en noviembre. Ante el reconocimiento generalizado de que las promesas incumplidas de los países más ricos en materia de acción climática y financiamiento climático están llevando al planeta al borde del abismo, el nuevo objetivo de financiación climática es una oportunidad para reajustar el futuro del planeta y ayudar a corregir los errores del pasado mediante un nuevo compromiso de ambición climática.
Los países ricos pueden quejarse de que 5 trillones de dólares al año en financiamiento climático es una expectativa poco razonable. Pero estos mismos países encontraron 16 trillones de dólares para sostener sus economías durante la pandemia de COVID19, y la friolera de 7 trillones de dólares de dinero público se destina anualmente a los gigantes de los combustibles fósiles a través de diversas subvenciones perjudiciales para el medio ambiente. Y no hay que olvidar que el G7 consigue encontrar más de 1 trillón de dólares para pagar guerras y conflictos. Mientras que unas medidas fiscales más progresivas dirigidas a los más ricos podrían recaudar hasta 2 trillones de dólares para el financiamiento de la lucha contra el cambio climático.
Existen los recursos y las soluciones, pero la voluntad política actual no da prioridad a la acción por el clima, la justicia y los trabajadores. Ya que se pueden encontrar trillones para paliar pandemias, gastos militares y subsidios a los combustibles fósiles, entonces se puede hacer el mismo compromiso financiero para abordar la realidad de las personas que mueren a causa del cambio climático.
La deuda climática de 5 trillones de dólares es el anticipo de un futuro justo. Es momento de que los países ricos inicien una eliminación progresiva y compensación.
Conoce las demandas de financiación climática nernacional deAlianza por el Clima aquí
*Nota
Las cantidades económicas referidas se reflejan en forma de trillones americanos, lo que corresponde a billones, o millón de millones europeos (o 1.000.000.000.000$)

